¿DIRIGENTES O PROMOTORES?

En los últimos años en el mundo del espectáculo con participación de
orquestas extranjeras en el país, se observa que en la lista de promotores
que tramitan ante el Ministerio de Trabajo, figuran empresas dirigidas
por personas que aparecen igualmente como parte de las directivas de
algunos gremios sindicales y además actúan dentro de la programación.
Esto a simple vista no implica nada pecaminoso, sin embargo, dentro del
marco del análisis conceptual si es necesario que reparemos ciertos
aspectos.
Cuando hablamos de la defensa de los derechos de los músicos y artistas
nacionales dentro del mundo del espectáculo, nos referimos entre otras
cosas, a garantizar el pago justo y legal por la alternabilidad y las
condiciones de las presentaciones. Garantizar que se cumpla con el
número folclórico. Fiscalizar que la cifra o valor de la contratación del
grupo o talento extranjero, sea real o de acuerdo al cartel internacional.
Fiscalizar y garantizar que se paguen las tazas y cotizaciones sindicales
correspondientes.
En muchos casos, estas líneas no son las suficientemente anchas que nos
permitan transitar sin necesidad de pisarlas y ocultarlas. Por ejemplo: si
yo soy directamente el promotor o por interpuesta persona jurídica, como
es lógico debo velar y defender mis intereses economicos, con el legítimo
derecho a lucrar por la actividad y si a la vez soy artista telonero o que
alterno y a la vez debo pagar los impuestos y cotizaciones a los gremios y
de la cual soy parte, obviamente, que habrá siempre una lucha o conflicto
de intereses. Como promotor, la lógica indica que buscara siempre
abaratar o ahorrar costos y esto tiene que ver en primera instancia con
los valores que se declaren en las contrataciones. Siempre hemos dicho,
que no es lo mismo el 5% de 50.000.00 que el 5% de 150.000.00.
Como dirigente, no se tendrá la independencia para ejercer la función de
garantizar y fiscalizar los interese del gremio ni el adecuado tratamiento
que hay que exigir al Ministerio de Trabajo y lo más probable es que se
mire para otro lado o “no nos demos por enterado” sino después que
pase la presentación. Por ningún lado, esta práctica es sana.


13 DE NOVIEMBRE 2018
LICDO. EMIDIO A. MANZANE